Muchas empresas se comprometen con la formación con entusiasmo, pero prestan poca atención a los elementos que hacen que la intervención formativa sea rentable y tenga un impacto duradero en los participantes. La formación ineficaz e inapropiada es uno de los
mayores desperdicios de dinero que experimentan las empresas.
¿Por qué sucede esto? Específicamente, ¿qué errores están cometiendo las empresas en la organización, implementación y seguimiento de los programas de formación? Este post destaca 5 errores que las empresas suelen cometer en esta área y cómo se pueden evitar.
Error #1: No tener un objetivo claro
Si no se ha realizado un análisis de necesidades en profundidad para determinar qué habilidades o conocimientos necesita el empleado que recibe la formación, entonces esa formación será, en el mejor de los casos, entretenida. Demasiados supervisores son consultados sobre «¿Qué formación necesita su subordinado?» pero no dedican suficiente tiempo a evaluar realmente las necesidades. En muchos casos, ni siquiera se consulta al propio
individuo. Una consecuencia de esto es que, a menudo, los participantes no se sienten motivados para hacer ninguna preparación previa al curso, lo que contribuye directamente a una menor efectividad de la formación.
Es importante asegurarse de que las necesidades de formación estén completamente alineadas con los objetivos de los empleados, los objetivos departamentales y, en última instancia, la estrategia general de la empresa.
Error #2: La formación es demasiado teórica
Demasiadas sesiones de formación parecen conferencias con poca interacción entre el participante y el formador. Si no hay oportunidad de poner en práctica las habilidades que se están enseñando, la retención será mínima. Debes asegurarte de que el curso de formación contenga muchas actividades prácticas que fomenten que los participantes piensen por sí mismos y reflexionen sobre cómo pueden aplicar directamente las nuevas habilidades aprendidas a los problemas que tienen en su trabajo.
Otro factor importante aquí es el formador: asegúrate de trabajar con formadores que tengan mucha personalidad y energía, y que sean sensibles al ambiente, capaces de levantar la energía de los participantes cuando sea necesario.
Error #3: No hay o es insuficiente el seguimiento
Si la formación no se revisa ni se aplica en la situación laboral dentro de los siete días posteriores a la finalización del curso, solo será recordada por el 33% de los destinatarios. Después de seis semanas, esta cifra se reduce al 14%. Para evitar este desperdicio, asegúrate de haber hecho un plan con el individuo sobre cómo incorporar lo aprendido en la formación en un nuevo hábito de trabajo. Las sesiones de seguimiento con coaching pueden ayudar aquí, y es una pena que, en general, las técnicas de coaching no estén suficientemente integradas en los programas de formación.
Error #4: Falta de apoyo por parte de la dirección
Esto se refleja en la falta de apoyo de la dirección para la transferencia del aprendizaje del aula al lugar de trabajo, especialmente si la formación se considera «ad hoc» y no ha habido suficiente comunicación con la dirección sobre cómo la formación se alinea con la estrategia de la empresa. De manera similar, cuando la formación no es reforzada por los procesos de la empresa, los empleados recién formados tendrán dificultades para poner en práctica lo que han aprendido.
Error #5: Dejarse influir por el precio en lugar de la calidad del contenido del curso
Al final, lo que cuenta es el valor, no el precio. Si un curso muy barato deja a los delegados sin nuevos conocimientos y sin idea de cómo incorporar nuevas técnicas en su trabajo, este curso ha demostrado ser extremadamente costoso para la empresa en términos de recursos
desperdiciados. Reflexiona mucho sobre tus criterios para comprometerte con un curso «barato»; sí, puedes pensar que estás obteniendo «valor por tu dinero», pero, por otro lado, puedes estar tirando un presupuesto valioso.
En este post, hemos delineado los 5 principales errores que las empresas tienden a cometer al organizar programas de formación. Hacer exactamente lo contrario de estos «errores» conducirá a una formación exitosa.
¿Y qué entendemos por formación exitosa? Nos da empleados motivados, seguros de sí mismos, que pueden ver claramente dónde encajan sus nuevas habilidades adquiridas en el panorama general y que son apoyados para cambiar hábitos y comportamientos laborales que, en última instancia, conducen a una mayor productividad.