He estado dando los últimos toques al Curso Abierto sobre Pensamiento Positivo que realizaremos la próxima semana.
Quizás la parte más significativa del curso es mostrar cómo nuestros pensamientos literalmente moldean nuestra vida.
Todo comienza con un pensamiento. Todo lo que hemos hecho o dicho desde nuestro nacimiento hasta ahora se originó con un pensamiento. Cuando interactuamos con personas, cuando leemos, creamos pensamientos.
Estos pensamientos son los que nos controlan y afectan la forma en que nos sentimos. Verás, los sentimientos son solo una serie de pensamientos que se procesan y se desarrollan en sentimientos.
Con el tiempo, estos sentimientos crean nuestro sistema de creencias, incluidas nuestras creencias sobre «quiénes somos» y «cuál es nuestro lugar en el mundo». Estos sentimientos pueden manifestarse de manera positiva o negativa dependiendo de los pensamientos que los formaron.
Una creencia es solo un pensamiento que sigues pensando
Nuestros sentimientos y creencias son los que determinan nuestras acciones. Tendemos a actuar de manera consistente con las creencias que hemos desarrollado con el tiempo. Esto sucede ya sea que el sentimiento o la creencia sean verdaderos o no. A menudo nos referimos a nuestras acciones como comportamiento. Por ejemplo, debido a que creo esto o siento esto, entonces debo comportarme de una manera que respalde esa creencia. Por supuesto, estas acciones determinan nuestros resultados.
Debido a que actuamos de cierta manera, producimos los resultados que tenemos. También podemos llamar a estos resultados experiencias. Con el tiempo, acumulamos una serie de experiencias que luego se procesan y desarrollan en nuevos pensamientos… y así se completa el ciclo.
La forma de romper este ciclo es cambiar la raíz: cambiar lo que pensamos y cómo pensamos. Esto requiere disciplina, siendo el primer paso detenernos y ser conscientes de lo que estamos pensando exactamente; ¿es un pensamiento positivo o negativo?
Los pensamientos literalmente moldean y crean nuestra experiencia de vida: pueden ser tu mejor amigo o tu peor enemigo.
Para darte un ejemplo:
Pensamiento: una persona que da una mala presentación comienza a pensar que esto podría volver a suceder.
Sentimiento: comienzan a pensar que no son buenos presentando y que no tienen las habilidades o la personalidad para hacerlo bien.
Acción: cuando hacen la próxima presentación, están muy nerviosos y ansiosos porque creen que no son buenos.
Resultado: como están tan ansiosos, su mente se bloquea y olvidan lo que van a decir; la presentación es ‘mala’.
Como puedes ver, lo que pensamos se convierte en una profecía autocumplida.
Si tiendes a pensar negativamente, tiendes a sentirte negativo y tus experiencias tienden a ser negativas.
¿No es más racional y sensato empezar a pensar en positivo?
